Ni
cien palabras eróticas
Me
pides que me entregue entero y conduzco el nardo hasta la tierra que
me reservas. Lo planto poco a poco para que lo acojas con fuerza y se
asiente completamente. Paramos el tiempo, pues la marea de
tu mar ya lo zarandea a su gusto.
Entre flujo y flujo, marea y marea
el alba se aproxima a los cuerpos fundidos, que entre sueños y
duermevelas despiertan al calor del primer sol, en sus primeras horas
de vida...
©
Samier 2014 09 05
2 comentarios:
Sútil y elegantemente erótico
Gracias anónimo.
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