Puerto
Amor
Sacaron
la película de sus proyecciones, dejaron que sus sentimientos vieran lo que
estaban buscando en eso que han dado en llamar idealización de enamorado, y
pasaron a engrosar la fila de los que han vivido la pasión. Esa ciega que no
deja ver al otro en su integridad.
Pasaron los años, y poco a poco la
realidad de la piel iba dejando ver un poco más del otro, de tal forma que el
enamoramiento perdía brillo, con el desgaste de la vida, más en sus bajos que
en sus altos, pero ganaba el calor de los dos, apoyados en el báculo de lo
verdadero y en el deseo del bienestar del otro, sin intentos de cambio.
Les
volvió a tocar la vara del deseo, en un intercambio de bienestar mutuo que invadió
cuerpo y alma, sin importar la forma de ser cada cual, pero con el placer de
buscar que el otro estuviera bien, en un enamorarse de lo diferente, que les llevo
a atracar en el puerto Amor.
Gracias a Jorge
Bucay
Con su: “Amarse
con los ojos abiertos”.
@ Samier 2015 09
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