2015/10/19

Eras


En la edad en que el tiempo no existe, corren a jugar en descontrolada alegría, inocencia pura y sencillez de pensamiento primario. Coger las frutas de los árboles situados al otro lado del muro, tras cruzar el prado de las sorpresas, donde las ranas y grillos cantan, tiene delito para quien no permite el acceso y amenaza a la inocencia con sal comprimida en el culo. El guardián comprensivo nunca dispara su escopeta, asusta con sus gritos, pero deja huir con los “perucos” en el bolsillo a los seres sin tiempo. Son  Eras, ya imposibles, de mi ciudad pequeña, León.


@ Samier 2015 10 

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