2012/11/07

Resaca de Vida


El eco del carnaval mira su nuca con pretensiones de eternidad, al tiempo que su mirada se topa con un velo extraño de contaminación visto desde lo lejos, mientras un presentimiento contradictorio de sensualidad y muerte deja fría su columna vertebral, la piel contraída y los músculos en tensión rígida.

En ese extraño día, vive fiestas, oye estratagemas de unos para engañar a los otros, las de los otros para con los unos, la fatuidad y la vanidad en la máscara de algunas caras, la autenticidad de los disimulos, la bondad prepotente del dadivoso pregonando a todos sus actos, mientras guardaba los pingües beneficios de sus tráficos, la verborrea del maestro en su propio esperpento, la ceguera de los listos descuartizando débiles, a éstos, refugiados en sus enfermedades mentales, el trepidar enfermizo de los ansiosos, el fluir idiota de los mansos, el cinismo de los tímidos, la sed insaciable de los pornógrafos, a los violentos cuales brutos, a los ludópatas obnubilados por el becerro de oro. Escucha gran parte de la efímera vida en un vértigo.

Penetraciones en alma ajena con la ignorancia del huésped ceban su impostura con el dulce conocimiento de lo secreto en otros, hasta que un exceso de visiones le hacen sucumbir. Otro escalofrío más recorre su cuerpo y le produce el vómito. Como si su voluntad quisiera participar en el juego de la vida, se asía fuertemente a la hierba húmeda. Con briznas entre sus dedos gira su cuerpo que yace en barro, donde ha depositado todo el ardor que lleva dentro.

Cual si una navaja de afeitar cortara un tiempo en suspensión, los primeros rayos del sol rasgan el velo del ensueño en el que se ve raptado. La luz natural le devuelve a la fatiga del día que le obliga a declinar el despertar, y casi estólido, un placer nuevo le sumerge en Morfeo.



Acuciado por el frío, sin apenas con fuerzas para abrir los ojos, hace intentos de mover sus músculos agarrotados. No lo logra. El barro en que yace le absorbe, cierra los ojos de la voluntad y se resigna al ritmo del despertar que le viene impuesto, a pesar de que nadie puede usurpar el tiempo que nos pertenece.

Samier 2012, noviembre.
 
El tiempo que nos pertenece,
 
Eric Clapton-BB King


1 comentario:

Felipe J. Piñeiro dijo...

Muy bueno, fresco, entendible,con rasgos de dolor y resignación, me ha gustado mucho mucho.
Un abrazo