Burra
Menuda burra llevaba entre las piernas. Todos lo semáforos los encontraba en verde. Había logrado sincronizarse y les tenía cogida la medida de sus tiempos. Ya no eran un obstáculo para su camino. Los sorteaba de forma lúdica. Hacía el más difícil todavía, se le dibujaba la tensión de las emociones fuertes en el rostro y al terminar la maniobra una sonrisa de satisfacción, de entretenimiento que le salía de dentro, como si se hubiera ganado a sí mismo y sus límites no existieran. Cualquier día vuelo, pensaba. Y se dormía soñando que ya no volvería a tocar el suelo nunca más.
Samier 2014 07
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