Residencia
Pronto, la idea de que
era un hotel se transformó en otra cosa. Muchos de sus inquilinos no podían
valerse por sí mismos. Antes, más que tarde, me vi yo también en esa
situación. Apenas podía levantarme y siempre con unos dolores agudos en mis
rodillas, que la artrosis se encargaba
de aumentar y trasladar a mis dedos, ya rígidos, sin apenas movimiento, casi
paralizados. La cabeza, en algunas ocasiones lo puedo comprobar, ya no me responde
bien. ¡Con qué facilidad olvido las cosas que me acaban de contar¡ Necesito que
me cuenten lo mismo dos y tres veces. Mi hija me dice que eso se llama edad, 94
años tengo ya, de eso sí que me acuerdo siempre. Mis amigas de comedor están
casi igual que yo, con diferencias en las dependencias, como dicen las
auxiliares que nos llevan y traen en las sillas de ruedas, con no demasiado mal
trato, según de quién se trate. Seguimos siendo personas, pero impedidas, y eso
parece que no lo aprecian, pues no lo sufren ellos. A la juventud les quedan
lejos estas sensaciones, en el tiempo y
en su empatía. Yo me resisto a considerarme dependiente, pues intento
levantarme de la silla y ya van tres veces que me caigo por no hacer uso de las
ayudas. Testaruda soy y por eso sigo viva, pues además me aterra pensar en que
un día … Mi cara se transforma cuando veo llegar a cualquiera de mis hijos, y
mira que yo no he sido una persona dada a manifestar mis sentimientos, pero
ahora…¿qué estaba diciendo? Ah sí, que me dejes en paz. ¡Vas a saber mejor que
yo ponerme las bragas! ¡Quita…! Qué duro es sentirse sola e imposibilitada. He
tenido un episodio de depresión, pero la rabia que siento me mantiene a flote,
incluso me olvido y me repito, pero soy capaz de sonreír y divertirme cuando
hay espectáculos en este lugar en que me encuentro, que no sé realmente qué es
…
© Samier 2015 07
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