Desidia
Se espesaba la niebla dentro
y fuera de los edificios, fenómeno del que nadie parecía darse cuenta, pues
todos seguían a sus cosas indiferentes ante la progresiva pérdida de visión de
los objetos próximos. Uno preguntaba por el seguro y otro le dejaba inseguro,
al pasar el problema a un tercero y facilitar un número telefónico al que
llamar, donde daban una solución incierta, pues no se podía molestar a un
cuarto, con capacidad de decisión sobre el problema planteado. Navegan en esa nube desde hace más de cien años, con el combustible de unas palabras: “Vuelva
usted mañana”.
...Tarde.
© Samier 2014 05
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