Rutina
Le miró de soslayo,
como si no fuera con él, con esa soberbia que da la ignorancia en las personas
jóvenes que, sin haber salido aún de la pubertad, se creen el principio y fin
de todas las cosas. Ella le devolvió una mirada frontal, sin aspavientos en su
rostro,
serena, como el que sabe que caería no tardando en sus brazos,
conocedora de la necesidad de independencia que él le transmitía. Sísifo ignoraba
su propio mito. Afortunado a pesar de todo, encontró trabajo, del que sólo se libraría al final de una vida,
abrazado a Rutina.
© Samier 2014 05